Las instituciones de educación superior experimentan grandes cambios para mejorar la calidad con el fin de generar eficiencia en los programas, consideran formar estudiantes para cargos como la alta dirección y en otras disciplinas que sepan interactuar, interrelacionarse para buscar la transformación y también que se desarrollen en otras habilidades como en procesos administrativos, y una gran disposición para las demás áreas empresariales (Torres, 2015).
Ramírez-Rojas (2018) considera el modelo planteado por Whetten y Cameron (2005) con 10 habilidades directivas esenciales y las clasifican en tres grandes grupos: Personales, Interpersonales y Grupales.
Dentro de las habilidades directivas personales se encuentra el desarrollo de autoconocimiento, manejo de estrés y del tiempo, solución analítica y creativa de problemas. Las habilidades directivas interpersonales incluyen manejo del conflicto, motivación de empleados, comunicación de apoyo, ganar poder e influencia (liderazgo). En cuanto a las habilidades directivas grupales, se cataloga la delegación, la dirección hacia el cambio positivo y la creación de unidades vigorosas de trabajo.
Como podemos apreciar en el modelo anterior, varias habilidades también se encuentran clasificadas dentro de las habilidades blandas y habilidades socioemocionales, solo que con un enfoque específico para el logro de objetivos y dirección de personas. Estas habilidades usualmente se encuentran en los perfiles de egreso de la mayoría de los planes de estudio de las carreras de Ciencias Económico Administrativas y se desarrollan en varias asignaturas. Sin embargo, no deja de ser un desarrollo "in vitro" o en un laboratorio de vida. La verdadera formación de habilidades para la alta dirección sucede en el sector laboral, después de cierto tiempo de experiencia en funciones o roles que las demandan.
En el Instituto Tecnológico de Celaya hemos aplicado encuestas de seguimiento de egresados hasta un máximo de 5 años de haber terminado su plan de estudios y no se ha reportado ningún caso que alcance un puesto directivo en ese periodo. Cabe aclarar que nuestro modelo educativo es totalmente presencial, por lo que las edades de las y los egresados fluctúan los 23 años. La situación detectada por nosotros puede ser diferente en otras instituciones con modelos semipresenciales o abiertos ya que usualmente esos estudiantes tienen más edad y también se encuentran insertos en el sector laboral, por lo que cuentan con mayor desarrollo psicoemocional y experiencia laboral.