Con el objetivo de enriquecer nuestra discusión sobre la internacionalización de los programas educativos, deseo compartir mi perspectiva, sustentada en mi trayectoria profesional y académica, enfocándome particularmente en los desafíos globales, técnicos y culturales que esta implica. A través de mi rol como Coordinador de la Maestría en Finanzas en la Universidad de Guadalajara y mi experiencia en un intercambio académico en Portugal, he podido observar de primera mano los retos y oportunidades que la internacionalización presenta.
Un desafío significativo es el ajuste cultural y la adaptabilidad que los estudiantes deben desarrollar al enfrentarse a contextos educativos y laborales diversos. Durante mi intercambio en Portugal, recuerdo un proyecto colaborativo con estudiantes de diferentes partes de Europa. La tarea en sí representaba un reto técnico, implicando el análisis comparativo de mercados bursátiles europeos. Sin embargo, el verdadero desafío emergió en la coordinación del trabajo en equipo, donde las diferencias culturales y los estilos de comunicación variados inicialmente nos llevaron a malentendidos y retrasos. Esta experiencia fue reveladora, enseñándonos la importancia de la empatía, la comunicación efectiva y la flexibilidad, habilidades esenciales en un entorno globalizado.
Además, la internacionalización exige una actualización técnica constante. La integración de herramientas digitales y la inteligencia artificial en la educación superior no es opcional, sino un imperativo para formar profesionales capaces de navegar el complejo panorama global. En este sentido, mi involucramiento en el desarrollo de cursos que utilizan la inteligencia artificial para mejorar la educación financiera en México refleja el potencial de las tecnologías emergentes para superar barreras geográficas y fomentar un aprendizaje más inclusivo y accesible.
Por otro lado, los desafíos globales como las fluctuaciones económicas, las crisis sanitarias y las tensiones geopolíticas exigen que los programas educativos preparen a los estudiantes no solo en términos técnicos sino también en su capacidad para analizar y responder a escenarios internacionales complejos. Mi participación en conferencias internacionales y publicaciones sobre la sostenibilidad económica y la fiscalización tributaria evidencian la relevancia de formar profesionales con una comprensión profunda de estos temas globales.
En conclusión, la internacionalización de los programas educativos representa una oportunidad invaluable para preparar a los estudiantes para los desafíos del siglo XXI, fomentando habilidades técnicas, culturales y globales esenciales. Basado en mi experiencia, abogo por una estrategia educativa que integre el conocimiento técnico con una sólida comprensión de la diversidad cultural y los desafíos globales, preparando a los estudiantes para contribuir efectivamente en un mundo cada vez más interconectado.
Buena tarde Eduardo, coincido ampliamente con su postura en relación a la internacionalización de los programas educativos, el reto ahora se encuentra en las instirtuciones de educación, donde estas deben generar un vínculo tanto curricular e institucional con los nuevos programas educativos internacionales.
Según Salvador (2011) el incluir las dimensiones interculturales e internacionales en la formación de los estudiantes se promueve el incremento en la calidad educativa, la colaboración internacional educativa crea puentes de intercambio de recursos humanos, que coadyuavan a su vez a desarrollar la investigación y la docencia. Los conocimientos y las tecnologías mas actuales se distribuyen de maneras mas eficientes que generan por consecuencia un desarrollo en las comunidades mas rezagadas.
Menciona tambien que la internacionalización es y seguirá siendo la estrategia para formar profesionales que respondan con eficacia a las demandas del escenario internacional, sin embargo, en el proceso las universidades deben desempeñar un papel fundamental en la formación de cuadros profesionales que se puedan adaptar a esta nueva realidad. En este sentido, sería entonces más que necesario crear programas que se adapten a dichas necesidades.
Moncada, Cerón, J., (2011). La internacionalización de la educación superior, factor clave para fortalecer la calidad educativa y mejorar las condiciones de vida de la sociedad. Revista Interamericana de Investigación, Educación y Pedagogía, vol. 4, núm. 2, juliodiciembre, 2011, pp. 55-71 Universidad Santo Tomás. https://www.redalyc.org/pdf/5610/561058723003.pdf
Estoy de acuerdo en que las diferencias culturales representan uno de los mayores desafíos en el proceso de internacionalización educativa. Si bien los retos técnicos son importantes, la habilidad para navegar y adaptarse a contextos culturales diversos es fundamental para el éxito de los programas de intercambio y la formación de profesionales verdaderamente globales, sin embargo también tenemos que centrarnos en que el avance de las Tecnologías de la Información ha incrementado exponencialmente los últimos 5 años, por lo que las habilidades técnicas de los estudiantes también deben pulirse para sacar el provecho máximo de la experiencia de la internacionalización (Serna y Serna, 2021).
En un mundo cada vez más interconectado, la capacidad de comunicarse de manera efectiva, mostrar empatía y flexibilidad hacia otras perspectivas culturales es imprescindible. Las experiencias compartidas resaltan la importancia de desarrollar estas competencias interculturales desde el aula, y nuestra acción docente debe ser fomentar el trabajo colaborativo entre estudiantes de diversos orígenes siempre promoviendo un ambiente de respeto e inclusión.
Coincido que un punto clave es los programas educativos internacionalizados aborden no solamente los aspectos técnicos, sino también considerar los retos que las diferencias culturales representan esto permitiría formar profesionales con una comprensión profunda de las complejidades del mundo actual, capaces de analizar y proponer soluciones innovadoras partiendo del respeto de la diferencia y basados en una perspectiva global. Por lo tanto, reitero que es fundamental que los programas académicos prioricen el desarrollo de competencias interculturales y una visión global, preparando a los estudiantes para enfrentar con éxito los desafíos de un mundo interconectado y diverso.
Me quedo con una frase que mencionan (Serna y Serna, 2021) que dice que “la internacionalización no es un fin en si mismo, sino un motor de cambio y mejoramiento que debe ayudar a generar las habilidades y destrezas necesarias de los ciudadanos, políticos, empresarios y científicos del mañana”.
Serna M, E. Serna A, A. La importancia de internacionalizar la educación superior: Una reflexión global. Revolución en la formación y la capacitación para el siglo XXI. (Ed.4, Vol. I), pp. 10-23.
