El teletrabajo, los horarios flexibles, las compras por internet, el cuidado de la persona, la solidaridad, las medidas sanitarias, el cuidado de la salud mental, la seguridad e higiene en el trabajo, las medidas de ingeniería, las administrativas, el uso de equipo de protección personal y la capacitación otorgada a los trabajadores, así como a las acciones realizadas en materia de promoción a la salud, entre otras, poco a poco se arraigarán y formarán parte de la nueva cultura laboral de las empresas.

Por otro lado, la automatización tecnológica estará cada vez más presente en todas las áreas de la empresa, no sólo en la producción. La figura del colaborador de jornada laboral completa y con contrato por tiempo indeterminado se verá sustituida por otro tipo de fórmulas que flexibilizarán el mercado laboral y la contratación. Habrá más contrataciones temporales, más trabajadores independientes y más servicios outsourcing o subcontratación, mayor flexibilidad laboral. La denominada “economía de los encargos o de plataformas” crecerá aún más que en las crisis mundiales anteriores, donde las personas perciben ingresos por pequeñas tareas que solicitan las empresas, principalmente a través de plataformas digitales, que ponen en contacto personas que ofrecen determinados servicios con otras que los necesitan. Asimismo, se crearán nuevos puestos de trabajo y por ende nuevos empleos, como son los responsables de manejo de crisis sanitarias, limpieza y desinfección de espacios, atención y cuidados de la salud mental en el trabajo, seguridad laboral, repartidores, ciberseguridad, desarrolladores de software, servicios de salud a distancia, y todos aquellos que requieran alta especialización.

Publicado en el libro colectivo "Vendaval de cambios. Anotaciones sobre el origen, la trayectoria y algunos saldos de la pandemia" (Universidad Iberoamericana Torreón, 2021, 110 pp.) por el Dr. Andrés Rosales Valdés.