Estimados colegas, comparto con ustedes lo siguiente:

 

En la actualidad el desarrollo de la sociedad está estrechamente ligado a los avances de la ciencia y la tecnología, como resultado de ello se presentan cambios en el estilo de vida de las personas incluyendo los aspectos relacionados a la vida laboral (Aquino y Romero, 2022).

Derivado de los cambios disruptivos originados por los originados por el COVID19, las organizaciones requieren de perfiles profesionales actualizados, seres humanos resilientes, capaces de adaptarse a los nuevos entornos y con capacidades específicas para desarrollar las nuevas tareas asignadas (Laines-Alamina, Silva-Almanza, & Estrella-Morales, 2024). Es necesario que los jóvenes universitarios se adapten con velocidad a los cambios que se presentan en los entornos laborales y las habilidades blandas son uno de los cambios más esenciales en la vida laboral del siglo XIX (Aquino y Romero, 2022).

En el entorno laboral, las habilidades blandas y las habilidades duras son dos tipos de habilidades que se complementan y se necesitan mutuamente para el éxito individual y organizacional.

Las habilidades duras, conocidas como habilidades técnicas o específicas del trabajo, estas son habilidades tangibles y cuantificables que se adquieren a través de la formación, la educación y la experiencia (Álvarez, 2024). Incluyen conocimientos técnicos, competencias específicas de la industria y habilidades técnicas especializadas. Por ejemplo, en un entorno de TI, las habilidades duras pueden incluir programación, análisis de datos y conocimientos en sistemas informáticos.

La habilidades blandas, conocidas como habilidades interpersonales o habilidades sociales, estas son habilidades no técnicas (Barona, 2021) relacionadas con cómo interactuamos con los demás y cómo gestionamos nuestras propias emociones y comportamientos. Incluyen habilidades como la comunicación efectiva, la inteligencia emocional, la resolución de problemas, el trabajo en equipo (Cáceres, 2020), la creatividad, la empatía y la capacidad de liderazgo.

En el caso de la inteligencia emocional, para Goleman  la competencia emocional es  una  capacidad  basada  en la inteligencia emocional que toma en cuenta las habilidades personales y sociales necesarias para un desempeño laboral sobresaliente (Valdivia, 2006, p.36), él también modificó  su  planteamiento  inicial,  el  cual  establecía  cinco  habilidades  fundamentales  de  la  inteligencia  emocional,  proponiendo  sólo  cuatro,  a  las  cuales  integró con un conjunto de competencias a cada una. Cada habilidad tiene las siguientes características:

1. Autorregulación: Autoconocimiento, autoconocimiento emocional, autoevaluación precisa y confianza en uno mismo (Goleman, 2007).
2. Autocontrol: Autodominio, honradez, conciencia, adaptabilidad, orientación al logro e iniciativa (Goleman, 2007).
3. Autoconciencia: Conciencia social, empatía, conciencia organizacional y orientación al servicio (Goleman, 2007).
4. Habilidades sociales: liderazgo visionario, influencia, desarrollo de las personas,  comunicación,  cambio  catalizador,  manejo  de  conflictos, creación de lazos, trabajo en equipo y colaboración (Goleman, 2007).

Por consiguiente, una alta inteligencia emocional va a impactar en el desempeño, en el desempeño laboral y en el estilo de liderazgo de los colaboradores, estos son indicadores fundamentales para las organizaciones. Es decir, el sector productivo está buscando que sus colaboradores sean personas proactivas y no conflictivas; empáticas, que sepan trabajar en equipo, con una comunicación efectiva en las diferentes actividades que realiza entre ellas la toma de decisiones asertiva, que se motiven y motiven al equipo de trabajo, esto impactará en la productividad y competitividad de la organización en donde ganen todos.

En muchos casos, el éxito en el lugar de trabajo requiere tanto habilidades técnicas como habilidades interpersonales. La combinación de ambas habilidades puede aumentar la eficacia y el éxito tanto a nivel individual como organizacional.

 

Quedo al pendiente de sus comentarios.

Saludos.

 

Álvarez Montes, D. A. (2024). La importancia del uso de la red educativa 0513 para la planificación de clase a 1ro y 2do de secundaria en el colegio" Héroes de la Breña 112" de El Agustino del 2022 a 2023.

Aquino, J. G. S., & Romero, G. H. (2022). Desarrollo de habilidades blandas como estrategia para la colocación laboral de los universitarios. Sinapsis: La revista científica del ITSUP, 21(1), 18.

Barona Arias, E. M. (2021). La inteligencia emocional en el desarrollo de las habilidades sociales en estudiantes de primero y segundo semestre de la carrera psicopedagogía de la Universidad Técnica de Ambato (Bachelor's thesis, Universidad Técnica de Ambato-Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación-Carrera de Psicopedagogía).

Cáceres Mesa, M. L., García Cruz, R., & García Robelo, O. (2020). El manejo de la inteligencia emocional en los estudiantes de secundaria. Un estudio exploratorio en una telesecundaria en México. Conrado, 16(74), 312-324.

Goleman, D. (2007). La inteligencia emocional. Ediciones B, S.A

Laines-Alamina, C. I., Silva-Almanza, I. J., & Estrella-Morales, V. (2024). Demanda de trabajadores con habilidades blandas y nivel de empleabilidad de egresados universitarios. (Demand for workers with soft skills and level of employability of university graduates).

Valdivia, J. (2006). Inteligencia emocional, estrategias de aprendizaje y rendimiento académico en estudiantes universitarios de psicología. [tesis de maestría en ciencias con opción en Orientación vocacional]. Universidad Autónoma de Nuevo León.