Las escuelas de negocios desempeñan un papel fundamental y creciente en la configuración de un futuro empresarial más equitativo. Su influencia radica en una doble responsabilidad: capacitar a los líderes para desarrollar modelos de negocio que aborden activamente las desigualdades sociales, es decir un enfoque externo y, simultáneamente, cultivar una cultura interna de diversidad e inclusión que sirva de ejemplo, es decir un enfoque interno.
Externamente, las escuelas de negocios deben equipar a sus estudiantes con las herramientas para crear e implementar negocios inclusivos (Holguín et al., 2024). Esto implica integrar en el currículo conceptos como emprendimiento social, inversión de impacto y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, yendo más allá de cursos aislados para permear todas las disciplinas de gestión. Es crucial generar y difundir investigación sobre modelos inclusivos efectivos y facilitar el aprendizaje práctico a través de proyectos con comunidades y empresas sociales (Trecco, 2023). Fomentar el emprendimiento social y desarrollar un liderazgo ético y consciente de los stakeholders complementan esta labor, formando líderes capaces de priorizar el impacto a largo plazo.
Internamente, la credibilidad y efectividad de estos esfuerzos externos dependen de que las escuelas modelen los valores que promueven. Esto exige un compromiso activo con la diversidad y la inclusión en su propia comunidad, buscando atraer y retener estudiantes, profesores y personal de diversos orígenes socioeconómicos, étnicos, de género y otros. Requiere también revisar los currículos y las pedagogías para asegurar la representatividad y la equidad, evitando estereotipos y fomentando la participación de todas las voces (Molina-Chávez & López-Lacayo, 2023). Crear una cultura organizacional donde predomine el respeto, la pertenencia y la seguridad psicológica es esencial, apoyado por políticas claras y un liderazgo visiblemente comprometido. La gobernanza debe incluir métricas claras y rendición de cuentas en materia de diversidad e inclusión.
La sinergia entre estos enfoques interno y externo es vital. Una comunidad escolar diversa enriquece el aprendizaje, aporta múltiples perspectivas a la resolución de problemas y desarrolla la inteligencia cultural necesaria para diseñar soluciones inclusivas. La diversidad e inclusión interna legitima y potencia la capacidad de la escuela para enseñar sobre responsabilidad social y negocios inclusivos (Henríquez, 2021). Así, las escuelas de negocios tienen la oportunidad y la responsabilidad de actuar como catalizadoras de un desarrollo equitativo, abordando tanto la formación de líderes para un impacto externo positivo como la transformación de sus propias culturas internas hacia una mayor diversidad e inclusión.
Henríquez Fuentes, G. R. (2021). La responsabilidad social universitaria desde el aprendizaje organizacional: el caso de una universidad en Colombia. https://manglar.uninorte.edu.co/handle/10584/9667#page=1
Holguín-Moná, J., Montoya-Monsalve, I. C., Noreña-Mosquera, H. E., Suarez, B. J. P., & Zapata-Arango, D. A. (2024). Propuesta de un Modelo de Ecosistema Emprendedor desde una Perspectiva Social, Inclusiva, con enfoque sostenible en los territorios. Revista Investigium IRE Ciencias Sociales y Humanas, 15(2), 112-129. https://doi.org/10.15658/INVESTIGIUMIRE.241502.07
Molina-Chávez, S., & López-Lacayo, D. M. (2023). Perspectivas de Género UNICA: Ecosistema de Igualdad de Género en la Educación Superior (Doctoral dissertation, Universidad Católica Redemptoris Mater). http://repositorio.unica.edu.ni/id/eprint/220
Trecco, N. M. (2023). Sistematización de la experiencia de la empresa social “Hilos y Puntadas Chaqueñas” (Doctoral dissertation, Universidad Nacional de La Plata). https://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/162891
