CANDELARIA VÀZQUEZ RAMOS
La ética empresarial y la responsabilidad social corporativa son dos partes indispensables dentro de la actividad de una empresa para mejorar la imagen que proyecta y para mostrar su compromiso con el entorno. Ambos conceptos están muy vinculados. Por este motivo, en muchas ocasiones se utilizan como sinónimos cuando, en realidad, hacen referencia a aspectos claramente diferenciados.
¿Qué es la ética empresarial?
La ética empresarial hace referencia al conjunto de valores que una determinada empresa identifica y define como propios. Dentro de este concepto se incluyen también todas las normas y principios que regulan la actividad empresarial que operan en las relaciones -tanto internas como externas- de las compañías. Algunos de los aspectos que incluyen estos códigos son el compromiso con los derechos humanos, el cumplimiento de la legalidad, el respeto a los derechos laborales, la protección del medio ambiente, el derecho a la intimidad y la protección de datos, la seguridad y salud en el trabajo o la transparencia fiscal y contable.
Establecer y velar por el cumplimiento de los códigos éticos sirve de gran ayuda para poner freno a prácticas que pueden dañar a la sociedad, la economía y el entorno. Desde la entrada en vigor de la Ley Orgánica 5/2010 de 22 de junio, en la que se introdujo en el Código Penal la responsabilidad penal de las empresas, han adquirido una especial importancia. Gracias a estas herramientas las empresas pueden prevenir o detectar irregularidades dentro de su actividad.
En un entorno globalizado y, cada vez más digitalizado, es importante que las empresas definan un código ético tanto interno y externo que oriente su funcionamiento. Entre otras cosas pueden ayudarles a:
Mejorar la imagen pública de la empresa e incrementar el engagement con el público objetivo
- Incrementar el valor de sus productos o servicios mediante la implementación de normas de calidad
- Adquirir un mayor compromiso empresarial, tanto a nivel social como medioambiental
- Conseguir una mejor adaptación de los trabajadores dentro de los centros de trabajo
Definir un código ético integral en un entorno globalizado y digitalizado no solo guía las operaciones empresariales, sino que también refuerza su impacto positivo. Este enfoque ayuda a fortalecer la imagen pública, mejorar el valor percibido de los productos o servicios, fomentar el compromiso social y ambiental, y promover una integración efectiva de los trabajadores en el entorno laboral, asegurando un desarrollo sostenible y equilibrado.